Introducción
¿Qué pretendí con esta comedia?
Una tarde de verano, en a fiesta de fin de curso de la escuela de mi hijo, me encontré en una situación similar a la que se encontró Manuel, el protagonista de ¡Manos quietas! en la fiesta de primavera del suyo. Auqeya noche, cuando volví a mi casa, pensé que allí quizá se encontraba el germen de una comedia muy potente. A la mañana siguiente, me puse a escribirla y enseguida aquel pequeño incidente fue creciendo, convirtiéndose en la comedia gamberra sobre la corrección política, sobre cómo hay que educar a los niños y sobre los agravios ancestrales entre hombres y mujeres que han acabado siendo ¡Manos quietas!. “¡Anda!” me iba diciendo a mí mismo mientras escribía, sorprendido y muriéndome de risa al ver las barbaridades que llegaban a hacer mis personajes.
PITI ESPAÑOL
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